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En EEUU están pasando dos cosas importantes: en primer lugar han terminado las noches largas y el firme inicio de la estación cálida está recuperando la rentabilidad. Los precios al contado han mejorado dramáticamente desde mediados de febrero y, mientras el flujo de cerdos continúa a un ritmo mucho más alto que el año pasado, los precios bajos han hecho reducir unas 10 libras el peso por cabeza en el libre mercado mientras que el de los vendidos bajo contrato ha bajado entre 7-8 libras por animal. Los cerdos que se venden bajo contrato pueden tener incentivos económicos más allá del precio base del mercado que los hacen menos sensibles a los cambios en el peso en la medida que los precios del libre mercado fluctúan. Los pesos son la otra vía que los productores pueden usar para "sintonizar" un precio más favorable cuando el número de animales en el mercado es muy elevado.
Curiosamente, coincidiendo con el desbloqueo del precio de los cerdos cebados, en abril el precio de los lechones destetados se disparó en contra de su patrón estacional (que normalmente empezaría a sufrir la caída de ventas de otoño). Sin embargo, los precios del cerdo cebado estaban tan bajos desde febrero que los precios de los lechones destetados cayeron hasta casi el precio de coste de producción durante una época en la que normalmente estarían al alza. Tras unas semanas de incremento anti-estacional, los precios de los destetados han alcanzado su nivel habitual y han hecho una pausa antes de empezar su probable descenso normal. En la medida en que la marea de precios de porcino aumentó en abril, todos los barcos flotaron mejor.
La otra noticia importante en EEUU es que Seaboard y Triumph Foods han anunciado su intención de construir una planta procesadora a gran escala en Sioux City, Iowa, con una capacidad de tres millones de cabezas al año, lo que implica unos sacrificios diarios de 10,5-11.000 cabezas más un margen dependiendo de las variaciones por vacaciones y de la disponibilidad inicial de los proveedores, etc. Todavía falta mucho para que se procesen los primeros cerdos en la nueva planta pero parece poco probable que las exportaciones absorban este incremento de producción por lo que probablemente cerrarán algunas algunas plantas viejas. Cuáles serán, es una incógnita. No siempre las más viejas son las más vulnerables. La garantía del suministro (la disponibilidad económica a largo plazo de cerdos para sacrificar que coincida con los requisitos de calidad de la demanda final) y la adecuación a largo plazo de la situación actual (que cambia a medida que cambia el entorno) puede presionar algunas plantas para su cierre incluso aunque sean rentables.
Una de las cosas que este movimiento indica es una mayor coordinación del sector productivo con la demanda del consumidor ya que estas asociaciones y alianzas producen, básicamente, la integración de la cadena desde la granja hasta el consumidor. Sólo hace un par de décadas que los procesadores estadounidenses empezaron a pagar abiertamente en función de la calidad de los cerdos. Antes se pagaban simplemente en base a su peso vivo, igual que todavía se hace en muchas partes del mundo. Aunque puede considerarse que este tipo de pago "sobre peso vivo" tiene un nombre un poco inapropiado ya que el comprador normalmente conocía la calidad de los cerdos adquiridos ya que en la planta se veían, y medían, los resultados tras el sacrificio. Los productores con mejores cerdos se pagarían mejor la próxima vez, si tuvieran la oportunidad de ir a venderlos a otro sitio, una vez demostrada la calidad de su producto.
Normalmente la información que se obtenía de la canal, aunque era utilizada para formular la siguiente oferta al productor, no era compartida directamente con ellos, ya que se consideraba parte de la ventaja competitiva de la planta de procesado. El principal problema (entre otros) de este sistema es que las señales enviadas de vuelta por la cadena a través del siguiente precio ofertado eran poco claras. La inversión del productor en mejorar los caracteres de su ganado siempre será mucho menor que si sabe que el mecanismo de precio recompensará, o penalizará, específicamente cada característica concreta. Así los sistemas de precios opacos producen una falta de inversión en caracteres deseables por el consumidor y crea una especie de pérdida de eficacia (al productor, al procesador y al consumidor) que la transparencia de precios tiende a corregir. De aquí el movimiento hacia la mayor coordinación e integración en la producción animal.
Las empresas integradas que pueden "ver" todos los costes y beneficios de un modo transparente a través de toda la producción, procesado y venta (ya que son propietarios de todas las fases), tienen una oportunidad única para conseguir un valor añadido adicional más rápido y a un menor coste (con más eficiencia). Además, pueden priorizarse las mejoras que ofrezcan el mayor retorno a la inversión: las mejoras más deseadas por los consumidores y por las que están dispuestos a pagar más.
La legislación antimonopolio pretende impedir que una gran empresa, o un número demasiado pequeño de empresas, se integren y usen esta ventaja para sacar a sus competidores del negocio. Una vez que el monopolio se ha establecido, el precio resultante a menudo revierte en una situación tan perjudicial para las mejoras como lo era el método de opacidad de precios ("esconder la pelota").
A causa de los problemas legales y sociales con los monopolios y muchas otras razones como el inmenso capital requerido para la compra o la inversión en toda la cadena, así como la diversidad de conocimientos necesarios y su asignación entre las empresas de la cadena vertical, se ha desarrollado la coordinación cuasi-integrada. Este último anuncio de una planta de procesado es un ejemplo de esto: una estrecha cooperación entre socios con algún activo en copropiedad para maximizar el valor actual y futuro mediante la ágil y rápida respuesta a las cambiantes demandas de los consumidores a gran escala. ¿Qué podría salir mal? Casi todo. Profundizaremos sobre ello en las próximas entregas.
